

Ir a al Auditorio Nacional a escuchar (y fotografiar) un concierto siempre es un placer y una experiencia maravillosa, cuando lo que escuchas es a uno de los mejores violinistas de la actualidad y el violín además es un Stradivarius la cosa en cuestión ya llega a lo sublime.
Yo, como muchos de vosotros, había oído hablar de los maravillosos sonidos de un Stradivarius, cuando lo escuchas...... la cosa cambia.
El precio de un violín de éstas características, pues depende, en mis manos no vale mucho, en manos de un virtuoso como Joshua Bell el precio es incalculable. Lo compró por cuatro millones de dólares, las música que de él saca sin duda no tiene precio.
La historia de este instrumento es muy bonita, con robos y apariciones incluídas.
"Además de interpretar el repertorio normal de conciertos, Bell ha tocado obras nuevas -Nicholas Maw le dedicó su concierto de violín, el cual Bell estrenó en 1993. Interpretó la parte solista de la banda sonora escrita por John Corigliano para el filme "El Violín Rojo" película por la que recibió un Oscar a la mejor banda sonora. También toca música de cámara.
Actualmente tiene un violín Stradivarius llamado el Gibson ex Huberman (dado a que antes le perteneció a al violinista Bronislaw Huberman), por el cual pagó un precio cercano a los USD 4.000.000.
Como anécdota queda, que el 12 de enero de 2007 Joshua estuvo tocando durante 43 minutos en el metro de Washington, acabando con 32 dolares en su funda" (fuente:WIKIPEDIA)
http://www.joshuabell.com/biography

Un momento del ensayo con el director invitado Leonard Slatkin.
Mas información en la web de la OCNE.
Comentarios
Conseguir entradas para sus actuaciones es practicamente imposible. A tope. Y en el metro desapercibido.
¿Motivos?
¿Prisas?, ¿legañas pegadas?, ¿desconocimiento musical por parte de los usuarios del metro?.
Pero, y los que pagan abonos y entradas , ¿Están más preparados? ¿Es un acto social más, con su carga de frivolidad? ¿Cuántos puristas hay realmente entre ese público?.